La Sociedad Zoológica de Londrés ha escogido a 100 de los más raros anfibios en peligro de extinción del mundo (dos de ellos europeos), a cuya conservación irá destinado todo el dinero que logre recaudar con su proyecto EDGE, acrónimo en inglés de Evolutivamente Distinto y Globalmente Amenazado. Su página, desgraciadamente sólo disponible en inglés, es tan hermosa como desoladora. Os recomiendo visitarla.
Según los datos aportados por esta asociación, más de la mitad de las casi 6.000 especies conocidas de anfibios están en peligro de extinción. Y sólo un 15 por ciento de ellas se benefician de algún proyecto de conservación. El resto languidece ante nuestra presión destructiva y nuestra indiferencia.
De esta manera, 34 especies ya han desaparecido del planeta en los últimos cinco siglos y muy probablemente 131 más han seguido en los últimos 100 años el mismo camino. Aunque tarde, nuestra obligación es parar esta terrible pérdida de bella biodiversidad.
A continuación te incluyo imágenes de algunos de los anfibios más amenazados y espectaculares que aparecen en la lista, el top del top. Los más escasos, pero también los genéticamente más singulares, con pocos o ningún pariente vivo en la actualidad.
Las salamandras gigantes asiáticas (Andrias davidianus, la china, y Andrias japonicus, la nipona) son anfibios que pueden llegar a medir 1′80 metros de longitud y vivir 80 años. En el siglo XVIII sus descubridores para la Ciencia confundieron sus restos con el cuerpo de un humano que se ahogó en el Diluvio Universal. Este anfibio evolucionó independientemente de todos los demás, más de 100 millones de años antes de aparecer el Tyrannosaurus rex.
En el extremo opuesto se encuentra la ranita Gardiner de las Seychelles, la rana más pequeña del mundo. Apenas alcanza los 11 milímetros de longitud.
La rana púrpura es la única representante de un peculiar género que evolucionó independientemente hace 130 millones de años. Descubierta en 2003 en el sur de la India, vive todo el año enterrada en el barro y sólo sale fuera unas semanas durante las lluvias del monzón.
La culebrilla ciega de Sallaga sólo sobrevive en un bosque de Kenia cuya extensión es inferior a la mitad de la isla de Manhattan y que está talándose para plantar eucaliptos.
La salamandra ciega de Olm tiene la piel transparente y vive en cuevas inundadas de la antigua Yugoslavia. Caza sus presas por el olor y la electrosensibilidad y puede pasar hasta 10 años sin comer. Está considerada un fósil viviente por ser una de las especies más antiguas del mundo.
España es uno de los países del continente donde mayores problemas de conservación tienen los anfibios debido a la destrucción de los hábitats, las enfermedades, la contaminación y el cambio climático. El ejemplo más famoso es del sapo partero balear o Ferreret, en cuya recuperación se trabaja desde hace 10 años pues constituye la especie más amenazada de todos los vertebrados en Europa. Un extraordinario animal del que ya hemos hablado aquí hace tiempo.
Como nos señalan los zoólogos de la sociedad científica londinense, la próxima vez que veas una rana o una salamandra en tu jardín, recuerda que su anciano antecesor exploró la Tierra 140 millones de años antes que los dinosaurios. Y por favor, no se te ocurra pisarlas, son completamente inofensivas.
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